La comida y el amor hacen una
simbiosis perfecta y la combinación de ambas logran un entrelazado perfecto y
armónico que además solidifican la relación.
Es verdad que el amor, pasion y
energía que ciertos grupos culturales le ponen a la preparación de los
alimentos se puede trasmitir al receptor o comensal. No solo se trata de
energías postivas, sino de compuestos químicos que contienen los alimentos como
la feniletilamina contenida en el chocolate o vitaminas que aumentan el líbido
de las personas.
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